lunes, 27 de julio de 2009

ANSIEDAD

Sensación corporal con diversos grados de intensidad: intranquilidad, desasosiego, impulso a actuar, opresión en el pecho y a veces insuficiencia respiratoria.

Estas sensaciones tienen su origen en una acumulación de energía que no encuentra salida. Si se consigue descargar esta energía por medio de una acción concreta, la ansiedad tiende a desaparecer. La dificultad radica en que hay que detectar el origen de la ansiedad para poder emplear la energía en la superación de un problema. Sin embargo, a veces esto resulta difícil porque el origen de la ansiedad está en un sentimiento difuso de incertidumbre.

Nuestra educación y nuestras vivencias han instalado en nuestra mente un conjunto de creencias y convicciones que condicionan nuestros sentimientos, pensamientos y comportamientos. De dichas creencias se derivan las exigencias implícitas que nos mueven:

Exigencias hacia uno mismo - autoexigencias - : Ideas fijas sobre lo que tenemos que hacer y conseguir. Si no se realizan, surgen sentimientos de rechazo hacia uno mismo, pérdida de autoestima y también comportamientos disfuncionales, como retrasar decisiones o abandonar algún proyecto.

Nuestra educación y nuestras vivencias han creado en nuestra mente un conjunto de creencias y convicciones que condicionan nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos. De estas creencias y convicciones se derivan las exigencias implícitas que nos mueven:

- Exigencias hacia nosotros mismos: Tenemos ideas concretas de lo que tenemos que hacer y conseguir. Si no se realizan, surgen sentimientos de rechazo y hasta odio hacia uno mismo, pérdida de autoestima y también comportamientos disfuncionales como retrasar decisiones, retirarse.

- Exigencias hacia los demás: Las personas de mi entorno deben comportarse como yo espero (ser amables, quererme). Si no es así, las considero malas personas e indignas. Surgen sentimientos de enfado, rabia, dolor, celos, autocompasión, y también comportamientos orientados a buscar afecto o venganza.

- Exigencias hacia el entorno: éste debe ser favorable, ecológico, social. Si esto no se cumple, considero que todo es negativo, insoportable, no puedo disfrutar de la vida. Afloran sentimientos de frustración, baja autoestima, autocompasión, depresión. Son inducidos comportamientos caracterizados por lentitud en tomar decisiones, abandono de tareas, fobias, adicciones.

Según estas hipótesis, toda persona tiene

CREENCIAS O CONVICCIONES (de las que no duda, son absolutas), que en

SITUACIONES CONCRETAS dar origen a

SENTIMIENTOS que condicionan los

COMPORTAMIENTOS

La cadena SITUACIÓN, SENTIMIENTO Y COMPORTAMIENTO puede ser fuente de satisfacción o de insatisfacción y, en casos extremos de ANSIEDAD.

Si bien en casos agudos de ansiedad es necesario el uso de fármacos para interrumpir un círculo vicioso que se retroalimenta, más adecuado para conseguir una estabilización duradera del estado de ánimo resulta APRENDER A MANEJAR LA ANSIEDAD POR MEDIO DEL AUTOCONOCIMIENTO.

Por medio de la autoobservación es posible DETECTAR las primeras señales de la ANSIEDAD emergente antes de que ésta se "dispare". Tales señales pueden ser COMPORTAMIENTO acelerado, disminución de la concentración, SENTIMIENTOS de disgusto y malestar.

Este será el momento de hacerse preguntas del tipo:

¿Qué siento al comportarme así?

¿Son achacables mis sentimientos a que lo que deseo y espero de mí, de los demás o de mi entorno no concuerda con la realidad?

¿Qué ideas preconcebidas tengo acerca de cómo tengo que ser yo, los demás o mi entorno?

¿No sería posible que mis CREENCIAS Y CONVICCIONES se basen en CONCEPTOS ERRÓNEOS, que la realidad es algo distinta?

De estas reflexiones surge, por lo menos, la duda de si puedo seguir manteniendo mis CREENCIAS Y CONVICCIONES, o si sería más adecuado RELATIVIZARLAS y, posiblemente, RECTIFICARLAS.

Los CONCEPTOS ERRÓNEOS son normas de funcionamiento de una sociedad que han quedado desfasados, es decir, son disfuncionales. Los CONCEPTOS ERRÓNEOS tienen el carácter de "verdades objetivas"; de ellos se derivan las CREENCIAS Y CONVICCIONES de cada individuo que pueden considerarse "verdades subjetivas".

Una revisión racional de dichos conceptos y rectificarlos o sustituirlos dará lugar a una MODIFICACIÓN paulatina de CREENCIAS Y CONVICCIONES, disminuyendo así la contradicción existente entre la realidad externa y la pretensión de como debería ser; esta divergencia es en muchos casos el origen del malestar y de la angustia.